Aventura con una Yamaha de más de 20 años y muchísimos kilómetros. Con mucha ayuda, esfuerzo e ilusión se logró llegar a Ulán Bator.
Lo romántico no suele obedecer a un motivo racional y viajar en una moto vieja es, ante todo, muy romántico. Cuando Ricardo Fité decidió participar en el Mongol Rally (Polonia-Mongolia), optó por hacerlo a bordo de una antigua Yamaha de 250 cc.
Puso a prueba la resistencia de la máquina y la suya propia para afrontar toda suerte de dificultades que se le iban planteando, desde las técnicas hasta otras más humanas como las caídas, la escasez de gasolina o la no siempre fácil relación con los habitantes de esos lugares de costumbres tan distintas a las occidentales. El libro cuenta la aventura que le llevó por todo el este de Europa y el corazón de Asia Central (el Mar de Aral, Samarcanda, los Montes Altái) a bordo de su motocicleta. Todo ello con un estilo divertido, cómplice y cercano.
Ricardo Fité
No le digas a la mama que me he ido a Mongolia en moto
