Un millón de Piedras

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Resulta que dejé mi trabajo como funcionario con el fin de recuperar la inspiración para una novela, pero antes de encontrar a las musas me fui en moto a recorrer África y África me encontró a mí. Tras pasar 4 meses y cruzar 14 países, regresé y vomité un libro directo, franco e incorrecto titulado Un millón de piedras.

Ni pensé en estar escribiendo un relato de viajes, ni mucho menos en un texto motero o motociclista. Simplemente transcribí el cuaderno de bitácora de un ex oficinista flipando por una África que nunca antes había pisado.

El argumento del libro era muy sencillo: mi vida rebotando sin control de piedra en piedra, de frontera en frontera, aquí un accidente, allá una enfermedad, más acá litros de cerveza, al otro lado el desierto, la selva y las estrellas y un fulano sorprendido y feliz de vivir la experiencia que cambiaría su vida. Luego escribí un libro mejor titulado La emoción del nómada cuando ya sabía el final de la historia, pero Un millón de piedras es puro aluvión incontenible de pensamientos, sentimientos y vida, mucha vida.

Miquel Silvestre.